El ahorro de muchas personas es dirigido a los bancos o fondos de inversión. Dichas instituciones son herramientas realmente útiles para el desarrollo sostenible de una economía, pero el problema es a dónde canalizan estos ahorros.
Mucha gente piensa que sus ahorros depositados en los bancos permanecen dentro de cajas fuertes, pero esto no es realmente así. Mucho del dinero de los ahorristas se encuentra destinado a financiar otras actividades. Es por ello que los bancos y los fondos de inversión pagan a cierto tipo de depósitos, intereses. Estoy seguro que muchas de esas personas no quisieran financiar con sus ahorros a determinadas organizaciones o prácticas. Pongamos un ejemplo: |
Caso II: Persona A financia a través del Banco F a la Persona B
Supongamos que una persona llamada A en su vida personal es vegetariana porque ama a los animales y no considera que sea necesario el sufrimiento animal para su supervivencia. Pero esta persona A tiene ahorros y los deposita a plazo en el banco F. Resulta que este banco F tiene como cliente a otra persona B que tiene un campo en la que engorda vacas para su posterior venta a frigoríficos. Esta persona B recurre a la entidad financiera F para pedir un crédito para mejorar el sistema de carga de sus vacas en los camiones destinados a los frigoríficos. Como el banco F tiene depósitos de la persona A por un plazo similar al que piensa que le devolverá la persona B el préstamo, se lo otorga. En definitiva A está financiando a B. Cuando por lo que sospechamos, la persona A jamás financiaría tal actividad.
En este ejemplo podemos ver uno de los problemas de las bancas, que es “el destino de los fondos”. No porque no esté bien ni mal financiar a la persona B, solamente que tal vez ese ahorrista A no lo permitiría si lo supiese.
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